¿Las viviendas de alquiler son culpables de la turismofobia?

Exceltur alerta que la explosión de viviendas turísticas deriva en situaciones de rechazo vecinal a la actividad

El rechazo social al turismo tiene un responsable con nombre y apellido. Según la Alianza para la Excelencia Turística, Exceltur, los casos de turismofobia se deben “al aumento descontrolado” de las viviendas que se ofrecen como alojamiento.

Según el vicepresidente ejecutivo de esta patronal, José Luis Zoreda, los apartamentos para turistas suponen el 50% de la capacidad de alojamiento en las 22 principales ciudades españolas. Dicho de otra forma: uno de cada dos visitantes decide ir a este tipo de viviendas antes que a un hotel.

Esta estadística contrasta con las cifras que esgrime la Federación Española de Asociaciones de Viviendas y Apartamentos Turísticos (Fevitur), que en el caso de la Comunidad de Madrid, asegura que este tipo de alojamiento representa al 0,71 de las 1,53 millones de viviendas existentes.

Según Exceltur, la mitad de los visitantes se aloja en viviendas turísticas

Tras el récord de 82 millones de turistas extranjeros llegados al país en 2017, Exceltur considera que ante estos niveles de volumen, el reto principal «no es necesariamente poner el objetivo en seguir creciendo de una manera desmesurada», sino cómo hacerlo de forma más sostenible y que empatice mucho más en algunas partes de España con las aspiraciones que tiene la sociedad civil «en lo que puede y les debe reportar el turismo.

Consecuencias del crecimiento desmedido

Zoreda diferencia entre los ataques a activos turísticos protagonizados por agrupaciones políticas y el resentimiento que expresan los vecinos, “que están viendo empeorar sus condiciones de vida porque se les encarecen sus alquileres, se banalizan sus entornos y desaparecen las tiendas de proximidad. Están perdiendo el sentido de identidad de unos barrios donde nacieron y crecieron y hoy se están convirtiendo en otra cosa», ha detallado.

El vicepresidente destacó la decisión del ministerio de Hacienda de no perder la pista a los ingresos económicos de los propietarios de viviendas turísticas, por medio de un mayor control sobre las plataformas como Airbnb o Home Away. A partir del 1 de julio estos apartamentos «estarán obligados a ser declarados por las plataformas intermediarias con todos los datos de alquiladores y arrendadores».

Para Zoreda, la cuenta pendiente es una actuación a nivel nacional en coordinación con las legislaciones autonómicas, que acoten “de alguna manera” los límites del crecimiento de las viviendas turísticas.

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