Primera condena en Francia por un subalquiler de Airbnb

La sentencia, que sienta precedente, obliga al inquilino a pagar 2.000 euros de multa. El propietario exigía el pago de 16.000 y la rescisión automática del contrato

Airbnb ha sufrido un revés judicial en Francia. El tribunal del noveno distrito de París ha fallado en contra de un inquilino que realquiló habitaciones mediante el popular sistema de alojamiento. La sentencia, que sigue los pasos de otra dictada recientemente en Nueva York, obliga al usuario del portal a pagar 2.000 euros de multa.
      

 
El inquilino aseguró que no se enriquecía con el subalquiler ya que era para pagar gastos ordinarios 

 
El proceso judicial nace después de que el propietario del inmueble denunciase al inquilino por beneficiarse económicamente del arrendamiento, según informa Le Monde. La demanda exigía el pago de 16.000 euros por el uso fraudulento de la vivienda y la rescisión automática del contrato.

Airbnb no se responsabiliza de la legalidad de los pisos que exhibe. Así, si un inquilino no paga los impuestos que debería por este tipo de actividad, o no tiene licencia, la compañía se lava las manos. El rotativo francés explica que para subalquilar un apartamento es necesario un permiso escrito del propietario, además de que el precio del metro cuadrado nunca debe exceder el del alquiler.

El inquilino se defendió en el proceso judicial asegurando que no subalquilaba a desconocidos. Aseguró que las personas que dormían en el apartamento eran conocidos suyos y que el dinero que pagaban estaba destinado a gastos ordinarios, nunca a su enriquecimiento personal. Finalmente, el juez hizo oídos sordos a los argumentos del acusado y dio la razón al propietario, aunque rebajó ostensiblemente la petición de condena.

No es la primera vez que se produce este tipo de resolución judicial con el cada vez más polémico sistema de alojamiento. La justicia americana condenó a un ciudadano a pagar 2.400 dólares por alquilar habitaciones de su piso en Nueva York. Además, la Fiscalía de ese país ha pedido a Airbnb que le remita la lista de arrendadores.

El sector tiene el ojo puesto en el portal. Los hoteleros y propietarios de apartamentos turísticos se quejan de competencia desleal. Recuerdan que Airbnb sólo hace de mediador y que no tiene que asegurarse de que los pisos mantengan un mínimo de condiciones como en su caso. No obstante, el portal tiene una gran aceptación popular y su crecimiento hasta la fecha ha sido vertiginoso. Sólo en Barcelona, se calcula que su impacto económico es de 129 millones de euros en 2013.

a.
Ahora en portada