Le Mirage, el hotel de los ricos españoles en Tánger

Rodríguez Zapatero, Antonio Banderas, Pedro Almodóvar y Felipe González acuden a la suite del hotel donde la playa del Atlántico se pierde en el horizonte.

La entrada del hotel no es un lobby convencional porque Le Mirage no parece un establecimiento turístico sino una casa de lujo abierta a pocos amigos. Una discreta mesa recibe a los huéspedes en una recepción más parecida a una sala de una mansión moderna que a la de un Hilton o un Meliá.

El hotel está enclavado en una pequeña colina desde donde nace el Atlántico africano. La playa se pierde en el horizonte desde una vista privilegiada, que no es otra que la de la suite presidencial donde han dormido el futbolista Leo Messi, los presidentes de gobierno José Luis Rodríguez Zapatero y Felipe González, el director de cine Pedro Almodóvar, el actor Antonio Banderas, el expresidentes francés Nicolás Sarkozy el multimillonario mexicano Carlos Slim.

La suite tiene un precio modesto en comparación con habitaciones de lujo extremo en otros rincones del planeta. El hotel cobra 8.000 euros la noche. Cuenta con dos habitaciones bien diferenciadas: una en colores blancos y dorados, con pequeños destellos en el techo que simulan el firmamento y la otra más sobria, completamente acristalada para un amanecer ante el imponente paisaje. Es la habitación del hombre y de la mujer en el caso que decidan dormir separados, explican los responsables del hotel.

La habitación del hombre cuanta también con un despacho para ejecutivos de primer nivel o jefes de estado. El último en usarlo ha sido el presidente rumano Traian Basescu, explica uno de los trabajadores del hotel. Dentro, hay una cocina, un espacio separado para que el huésped reciba masajes relajantes y un salón comedor con sillas también en tonalidad dorada.

El recinto cuenta con dos piscinas privadas y un área de descanso morisca con vistas a la hermosa playa de arenas doradas y un plácido océano donde nadie se baña. Alrededor no hay grandes construcciones sino pequeñas casas. La más cercana de la familia real saudí. También está la mansión abandonada que Felipe González dejó a medio hacer.


Recuerdo de los huéspedes.
 

El espacio cuenta con jardines ideales para las fiestas sin freno de los artistas o de los deportistas de élite durante sus noches de descanso. Y debajo del montículo se ubican las cuevas de Hércules, el lugar donde según la mitología se sentó Hércules para descansar después de haber separado África de Europa.

Un precio tan alto podría ser un excelente negocio para los empresarios británicos propietarios del hotel. Pero sus empleados explican que no es oro todo lo que reluce. Hay meses en que la suite presidencial permanece vacía. Los meses buenos se alquila en tres o cuatro ocasiones, confiesa la plantilla.

El hotel cuenta también con piscina pública, bares, restaurantes y salas de juego y recreación donde algunos huéspedes disfrutan de los partidos de liga BBVA. En el fondo, parece un hotel español más.

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