El turismo en Cataluña sigue en la UCI

Las pernoctaciones hoteleras en Cataluña descienden casi el 5% en el primer semestre. En España la ocupación se estanca

El primer semestre del año no trajo la recuperación que esperaba el sector hotelero de Cataluña. Durante los seis primeros meses del año las pernoctaciones en hoteles bajaron el -4,67%, según revelan los datos del Instituto Nacional de Estadísticas.

Hay dos factores que explican esta caída: por un lado, la comparación se da con el excelente resultado que el sector cosechó el año pasado: en aquellos seis primeros meses los hoteles presenciaron un aumento del 2,83% en su ocupación, con un notable incremento del 37,9% en la Semana Santa del 2017. Este año, ese período de mini-vacaciones que cayó en marzo, aumentó el 9,3%.

El lastre de la crisis política

El otro problema es que Cataluña mantiene un ‘efecto arrastre’ de la crisis política que se desató desde el 1 de octubre. Las manifestaciones, las cargas policiales y el clima de incertidumbre llevó a una ola de cancelaciones de reservas en las primeras semanas, y a un descenso de las noches ocupadas en los meses siguientes.

Los datos del INE coincide con la apreciación que difundió el Gremio de Hoteles de Barcelona, que calculó un descenso de la ocupación del 3% en los establecimientos de la capital catalana. En la temporada de verano, las habitaciones reservadas se estancaron en el 80%, cuando el año pasado fueron del 85%.

La última Semana Santa Cataluña tuvo un aumento del 9,3% en pernoctaciones. El año pasado había sido del 37,9%

La caída en las noches también tuvo su correlato en un descenso en la facturación: según el Gremio, el precio medio de las habitaciones fue de 132,75 euros (-4,3%), y el RevPar (ingreso por habitación disponible) se situó en 104,6 euros (-7,2%); un descenso que fue más fuerte entre los hoteles de categoría superior.

Estancamiento en España

El resto de España no pasa por una situación más boyante: en el primer semestre las pernoctaciones disminuyeron el 0,2%. Este estancamiento contrasta, como el caso de Cataluña, con los buenos resultados del mismo período del año pasado, cuando los hoteles presenciaron un aumento del 4,5% en las noches ocupadas.

Esta ralentización se debe a dos grandes causas: por un lado, la menor llegada de visitas internacionales. La otra es que los turistas nacionales no termina de aportar la fuerza necesaria para que el sector pueda remontar.

Entre las caídas internacionales los hoteleros ven con preocupación la ralentización de británicos y alemanes. Los primeros representan al 21,7% del total (1,29 millones en junio) y los segundos al 15,22% (con 910.000 visitas el mes pasado).

Preocupación por el éxodo de alemanes

Entre enero y julio, las llegadas desde las islas británicas cayeron el 2,05%. Pese a un mayor descenso en enero y en abril (por el desplazamiento de la Semana Santa), junio fue el primer mes del año en que no registró un déficit respecto al 2017.

Pero el descenso entre los alemanes enseña una pendiente más pronunciada: Tras un febrero y marzo con resultados positivos, luego se inició una debacle que, en junio, superó los dos dígitos y fue del -11,7%.

La competencia de destinos low cost

Los viajeros de estos países, que tienen a España como su principal destino de sol y playa, abandonan los destinos como Canarias, Baleares, la costa catalana y andaluza por países del Magreb y el Mediterráneo Oriental con tarifas mucho más bajas.

La llegada de turistas alemanes se derrumbó el 11,7% en junio

Además la revalorización en el rendimiento de los hoteles, producto de cinco años de crecimiento en las tasas de ocupación, lleva a que la tarifas sean mucho más altas que en otros puntos de la región mediterránea.

Por ejemplo, dos importantes destinos de costa de Turquía como son Antalya y Marmaris tienen precios hasta tres veces más económicos que los hoteles de tres estrellas del Mediterráneo español.

Leve crecimiento del rendimiento

La ralentización en el sector turístico, alertada tanto por organismos oficiales como por patronales del sector, se evidencia en el menor aumento de los precios hoteleros: entre enero y junio aumentaron el 2,1%, cuando en el primer semestre del año pasado había crecido el 3,5%, comparado con el 2016.

La facturación media diaria en junio por habitación ocupada se situó en los 88,7 euros (+1,6%), mientras que el ingreso por habitación disponible llegó a los 63,5 euros.

a.
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