Cómo la hostelería resucita a los pueblos abandonados

Varios pueblos abandonados de Europa y Japón se salvan del olvido reconvertidos en hoteles

Hay pueblos que sí tienen una segunda oportunidad sobre la faz de la Tierra. Víctimas de las crisis, los cambios de las formas de vida o la incomunicación, solo en Italia y España hay 5.500 pueblos abandonados o a punto de quedarse sin habitantes. Pero la industria hotelera les está echando un salvavidas para que puedan salir a flote.

El turismo rural floreció en las últimas décadas, una opción para los urbanitas que quieren salir del agitado ritmo de las ciudades, donde el relax se combina con un nostálgico deseo de revivir infancias en pueblos y parajes donde vivían los ancestros.

De la mano de ese tipo de turismo, más el boom de Airbnb –que llevó a millones de turistas a buscar otro tipo de experiencias de alojamientos-, hay pueblos que fueron reconvertidos en gigantescos hoteles, o más bien, villas de alojamiento, donde cada casa cerrada a cal y canto volvió a ser abierta como habitación con todas las comodidades.

El ejemplo de un pueblo resucitado

En el pueblo de Matera, en la región italiana de Puglia, abrió el hotel Sextantio, que creó 18 dormitorios en la villa semi abandonada. Allí se encuentra un antiguo monasterio benedictino, cuyas habitaciones están construidas dentro de la roca.

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Turistas en el pueblo de Matera.

El creador del pueblo-hotel de Kalopanayiotis fue tentado por el gobierno italiano para ayudar en la recuperación de 115 villas

El empresario griego John Papadouris, había tenido éxito en resucitar su pueblo natal de Kalopanayiotis, en Chipre, donde reconvirtió varias propiedades en un hotel de 40 habitaciones con spa.

Esta noticia llegó a los oídos del gobierno italiano, que le ofreció a Papadouris ayudar en la recuperación de 115 pueblos de Puglia, informa Bloomberg.

Villas detenidas en el tiempo

La leyenda de Vlad Tepes y del castillo de Bran, que inspiró a Bram Stoker para escribir su novela Drácula, es aprovechada por el Village Hotel Maramures, que creó un complejo en las casas abandonadas del poblado de Breb, donde es habitual ver carros tirados a caballos y campesinos que trabajan como si se viviera en la Edad Media.

En Ticino, una región de Suiza de habla italiana, los últimos doce habitantes del pueblo de Corippo formaron la una fundación para transformar casas sin dueño y las cabañas en un lujoso hotel, donde el lobby se encontrará en la plaza principal. El lugar reabrirá en 2019, y el proyecto requerirá una inversión de 2,79 millones de euros.

La fuente de inspiración de este último ejemplo fue la iniciativa del Sasayama Castle Town Hotel, establecimiento emblemático de la marca Nipponia, que fue creado en siete villas fundadas en la época del período Edo (1603-1868).

La asociación de los alojamientos dispersos

La posibilidad de que el turismo revitalice a pueblos abandonados llevó al empresario Giancarlo Dall’Ara a fundar en Italia la Asociación Nacional de Albergues Dispersos, donde estableció las reglas para formar parte de este tipo de alojamientos: no se permiten levantar nuevas edificaciones, las casas que funcionarán como dormitorios no deben estar a más de 500 metros de distancia del núcleo principal, y tienen que tener criterios sostenibles de rehabilitación y explotación.

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La cadena Nipponia reconvierte antiguas casas medievales japonesas en alojamientos.

Una asociación en Italia ya cuenta con 110 pueblos reconvertidos en hoteles

No pueden funcionar como un Airbnb: los pueblos-hoteles tienen que tener una recepción, contar con servicio de desayuno y ofrecer amenities como cualquier alojamiento profesional.

De los 20 ‘alberghi diffusi’ que había en Italia hace una década ahora cuentan con 110 pueblos-hoteles, que ven en el turismo el camino para volver a vivir.

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