El Mandarin Oriental de Barcelona cambia de director

Greg Liddell sustituye a Gérard Sintès, que pasa a dirigir el hotel de la compañía en Londres. El nuevo manager, que aún no tiene fecha para incorporarse, dirigía el Mandarin Hong Kong

El quinto aniversario del Mandarin Oriental de Barcelona, el hotel de Maria Reig, arranca con cambios en la dirección. La cadena hotelera internacional ha iniciado un cambio de cromos que ha llevado a Gérard Sintès, director del establecimiento barcelonés desde 2010, hasta Londres. Desde hace una semana, ejerce como director del Mandarin Oriental Hyde Park.

La firma ha destinado a la capital catalana a Greg Liddell, actual director del Landmark en Hong Kong. El directivo lleva dos años al frente del establecimiento asiático y cinco dentro del grupo. La fecha de incorporación del manager a su nuevo trabajo aún no está cerrada aunque su anuncio podría hacerse en breve.

Desde su apertura, por el Mandarin de Barcelona han pasado tres directores. El primero fue Luis Marcó, el encargado de poner en marcha el lujoso hotel ubicado en el paseo de Gracia. Marcó es un hombre de amplia experiencia con más de 45 años en el sector a sus espaldas. En 2010, decidió jubilarse y cedió el testigo a Sintès.

La experiencia de Barcelona ha sido la primera dentro del grupo para Sintès. Con más de tres décadas a sus espaldas, el directivo había trabajado alrededor de medio mundo de la mano de otras grandes cadenas. El aterrizaje en Londres supone un nuevo reto.

¿Qué panorama se encontrará Liddell en Barcelona? Mandarin Oriental es uno de los establecimientos de referencia de la ciudad en cuanto a gran lujo. No obstante, las aperturas previstas para los próximos años en la capital catalana, como la llegada de Four Seasons y Hyatt, supondrán un aumento de oferta en el segmento y, por tanto, una batalla más aguerrida.

Liddell también deberá corregir los números rojos que lastran las cuentas del hotel. Desde su apertura, el establecimiento ha arrojado un total de 50 millones de euros en pérdidas. El último ejercicio disponible, el 2012, se cerró con 12,6 millones en negativo con una facturación de 19,6 millones. El resultado tiene truco: las pérdidas operativas fueron de 2,6 millones pero se vieron agrandadas por la hipoteca que pesa sobre el inmueble.

a.
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