El Mandarin, el gran reclamo de Barcelona para los inversores árabes

Mientras continúa cosechando pérdidas, las grandes fortunas rivalizan por orbitar a su alrededor. Registra números rojos por sexto año consecutivo pero los jeques quieren establecerse a su lado. "¿Está muy lejos del Mandarin?", preguntan antes de cerrar cualquier inversión.

Es el alojamiento alrededor del que todo el mundo quiere orbitar. Los petrodólares árabes no quieren saber de otro establecimiento. «Cuando viajo a Catar y los Emiratos Ãrabes, la primera pregunta que me hacen es ¿A cuánto tiempo está tu hotel del Mandarin?», cuenta un directivo de una cadena nacional afincado en Barcelona. Antes de plantearse una inversión, o simplemente charlando de forma informal con otros empresarios, la cuestión siempre surge.

«Mira que también tenemos el Vela, el Claris, el Majestic y otros cinco estrellas de Gran Lujo, pero la marca asiática es tan potente que todos quieren estar cerca», ilustra a 02B. Crea una ola expansiva a los hoteles que están cerca, «que nos beneficiamos de lo que genera», celebra. Y eso que el grupo no tiene ningún edificio en la región del Golfo Pérsico.

Atentos al Hyatt

Por ello, los hoteleros de Barcelona también esperan la apertura del Hyatt en la Torre Agbar. «Son firmas capaces de atraer turistas por sí mismas, son un atractivo turístico más que gana la ciudad», cuenta el mismo. «Y los alojamientos de su alrededor esperamos salir ganando con las sinergias que se pueden generar, de cómo subirá el caché de la zona», cierra.

El mismo efecto se espera que puede tener el Soho House de la Plaza del Duque de Medinaceli, prevista para el primer trimestre de 2016. Así lo reconocía el propietario de The Wittmore, un hotel de estilo muy parecido: «Â¿Competencia? Al contrario, vamos a salir ganando de tener una marca tan prestigiosa al lado».

Sin rentabilidad

Pese a disponer de una marca tan potente, la andorrana María Reig no ha conseguido rentabilizar el inmueble desde su apertura, en 2009. Las últimas cuentas presentadas en el Registro Mercantil, las de 2014, registran unas pérdidas de 3,5 millones de euros. El motivo, el endeudamiento bancario necesario para poner en pie el establecimiento.

Sin embargo, hay motivos para sonreír. La fama internacional conlleva una tasa de ocupación muy alta, que disparó los ingresos un 18% hasta los 26,3 millones.

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