El hotel ‘secreto’ de Marlon Brando en Polinesia se hace querer

El paraíso en la tierra de Marlon Brando navega viento en popa. El resort The Brando
abrió en julio en la Polinesia Francesa.

Marlon Brando (1924-2004) hizo una oferta que nadie podrá rechazar antes de irse. El súper lujoso The Brando abrió sus puertas en verano y, según el equipo del hotel, «marcha según lo previsto». El complejo vacacional de los hijos del actor americano reposa en el remoto atolón de Tetiaroa, en la Polinesia Francesa.

El The Brando nació con la voluntad de impactar. Y, a tenor de las opiniones de los
clientes, lo está haciendo. «No esperábamos tan calurosa acogida en Tripadvisor, por
citar una web de referencia», indican fuentes de la hotel a 02B.

Halagos

En efecto, el alojamiento ha recabado 12 «excelentes» y una valoración «muy buena»
en apenas tres meses en operación. «Experiencia mágica», el «paraíso en la tierra»
o «el rincón más bonito de todo el planeta» son algunas de las alabanzas vertidas en el
portal turístico.

¿A qué responden tantos piropos? «Tenemos una plantilla muy comprometida. Tardamos dos años en formarlos antes de abrir al público», explica una representante del hotel. Todo esfuerzo era poco, ya que El Brando se dirige a un segmento muy exclusivo. «Hablamos de los 500 CEO que aparecen en Fortune, famosos…Gente que busque discreción y lujo», explica la portavoz.

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Exclusivo

No obstante, más que 285 trabajadores y un público selecto, el Brando necesita mucho más para llenar sus 35 villas. La más económica cuesta 3.000 euros por pernoctación, más 450 euros por noche de tránsito en el InterContinental Tahiti Resort & Spa. A sumar, por último, los 298,50 euros de acceso en avión por adulto.

«Ofrecemos un tratamiento de spa diario por huésped, comidas y casi todas las bebidas gratis», anuncia la página web del establecimiento. Hay más. «Centro cultural, cabañas de masaje, piscina infinity y playas vírgenes frecuentadas por tortugas y especies exóticas de aves», se explica.

Llegar a The Brando está, geográfica y monetariamente, al alcance de unos pocos. Se accede al complejo en un vuelo privado de 20 minutos desde el aeropuerto de Tahití. Una vez en el cayo, el paraíso. «Da la impresión que uno podría vivir aquí toda la vida», reza un comentario en Tripadvisor. El actor lo descubrió en los años sesenta, durante el rodaje de El Motín del Bounty. Diez años después de su muerte, el alojamiento le rinde un privado homenaje.

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