El futuro hotel de Javier Faus en BCN genera miedo entre los vecinos

Los moradores cercanos al edificio Henkel denuncian que se oculta el riesgo que generan las obras. Piden que se frene el proyecto para evitar convertir la ciudad en un parque temático

No hay proyecto de nuevo hotel en Barcelona que no se encuentre con el rechazo de los vecinos. El último en experimentar el permanente estado de crispación que vive la ciudad con el turismo es el empresario Javier Faus que a través de su fondo Meridia Capital ha protagonizado varias operaciones inmobiliarias por todo el mundo. La compra del edificio Henkel, su más reciente adquisición en el tablero barcelonés, tiene a los vecinos en pie de guerra.

Las críticas de los moradores van en dos direcciones. Primero, critican el monocultivo del turismo en la ciudad, lo que está convirtiendo a los barrios en parques temáticos destinados a satisfacer las necesidades de los turistas. En su opinión, el consistorio del alcalde Xavier Trias (CiU) está interesado en que la industria turística cobre más peso en las zonas cercanas a la Sagrada Família.

El segundo punto tiene que ver con la opacidad del proyecto arquitectónico. Aseguran que no se les ha informado con detalle y recuerdan que, si finalmente hay que demoler el edificio, los inmuebles colindantes tienen problemas estructurales que se podrían ver afectados.

Faus pagó unos 25 millones de euros por hacerse con el inmueble a mediados del año pasado. El edificio cuenta con 15.000 metros cuadrados repartidos en tres plantas, almacén y oficinas. El proyecto hotelero planteado en ese espacio es de más de 180 habitaciones. La transformación del inmueble no es inmediata. La química aún debe acabar de trasladar sus oficinas.

¿Cuál es el objetivo de Faus? Meridia Capital quiere repetir la operación Hotel Arts. Con ella consiguió unas buenas plusvalías al comprar y vender el establecimiento. Justamente algo en contra de los intereses de los vecinos. «Rechazamos profundamente esta operación especulativa», aseguran. A través de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona (FAVB), piden que se paralice el proyecto. 

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