El fin de la moratoria de hoteles en Barcelona divide la ciudad

Oposición, vecinos y hoteleros critican la medida del alcalde Trias

El fin de la moratoria de hoteles en el casco viejo de Barcelona ha dividido a la ciudad. La medida, incluída en el Pla d’Usos de Ciutat Vella, entrará en vigor en septiembre. Será después de la aprobación definitiva en el pleno del ayuntamiento de este miércoles con los votos del gobierno municipal de CiU y su principal aliado, el PP. La oposición en bloque, vecinos y hoteleros han criticado la iniciativa.

La modificación introducida permite abrir hoteles de lujo de tamaño medio y pequeño y aumentar la capacidad de los actuales. Además, se otorgarán licencias a establecimientos en las calles perimetrales del distrito.

Alegaciones

Según el consistorio que lidera Xavier Trias (CDC), la modificación mantiene «los criterios básicos con los que se aprobó en 2010». Entre ellas, «equilibrar los usos residencial, comercial y turístico», «defender una convivencia equilibrada» y «garantizar la mixtura de la oferta comercial y evitar la especialización turística».

No obstante, no todo el mundo piensa igual. El plan ha motivado entre vecinos, entidades, gremios, empresas y partidos 134 escritos de alegaciones con un total de 612 peticiones al Ejecutivo local. El ayuntamiento ha hecho caso omiso a todas las sugerencias relacionadas con hoteles (78).

Cruce de declaraciones

En el pleno de la ciudad de este miércoles, la concejala de Ciutat Vella, Mercè Homs (CiU), ha reivindicado la modificación para el «reequilibrio de los usos en el territorio» y ha añadido que es la primera vez que se crea una comisión de seguimiento. Alberto Villagrasa (PP) ha defendido que es una oportunidad para el distrito más antiguo y céntrico de Barcelona, los vecinos y salvar la vida comercial.

Para el líder del PSC, Jordi Martí, su aprobación es la peor noticia para Ciutat Vella. Ricard Gomà (ICV-EUiA) ha avisado a CiU y PP que pueden aprobar la reordenación, pero tienen la batalla social perdida. Es decir, que cuando se pueda, el plan modificado será «políticamente abolido». El presidente de UpB, Jordi Portabella (ERC), lo ve como un error de concepto.

Al principio del pleno, una veintena de vecinos se han concentrado frente al ayuntamiento para expresar su rechazo a la aprobación con un crucero a escala hecho de cartón. Aseguran que el documento de CiU y PP está hecho “a medida de la industria turística y hotelera” y que nace con la falta de legitimidad política en Ciutat Vella. El pleno del distrito lo rechazó.

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