Dos Cielos, la casa de los hermanos Torres tras 16 años siendo becarios

Sergio y Javier han pasado por las mejores cocinas de Europa sin olvidar las raíces de su abuela Catalina, la persona que les enseñó a cocinar. "En todas hemos aprendido algo, ni que fuera lo que no hay que hacer", coinciden.

Reconocidos con una estrella Michelin, estrellas en televisión, colaborando con la Universidad Politécnica de Valencia para potenciar el uso de la tecnología en la cocina y premiados por la calidad de sus productos, los hermanos Torres son dos de las caras del éxito en el mundo de la restauración. Sin embargo, antes llegaron muchas noches con la joya de la corona, el Dos Cielos, vacía y más de 15 años de aprendices en los mejores locales de Europa.

Lo cuenta Sergio Torres: «Antes de abrir nuestro propio restaurante, que era el sueño que teníamos desde siempre, quisimos formarnos en los principales restaurantes de Europa». «Escogimos una formación complementaria, para no repetirnos, y conocer a los mejores especialistas en cada una de las materias», matiza su hermano, Javier. «En todos aprendimos algo, ni que fuera lo que no hay que hacer», coinciden para denunciar que en la alta cocina «muchas veces se trata con poco respeto a los trabajadores».

Ruta por España y Europa

El currículum de ambos traza un camino por las mejores cocinas del mundo y a las órdenes de importantes chefs. Sergio ha trabajado en el restaurante Reno, de una estrella, entre 1986 y 1988, y Neichel, dos estrellas, entre 1988 y 1991, en Barcelona. Luego el madrileño Señorío de Bertiz, una estrella, el Akelarre, dos estrellas, de San Sebastián, Le Jardín des Sens, dos estrellas, en Montpellier, y los parisinos de tres estrellas Plaza Atenée y Alain Ducasse.

Por el contrario, Javier repite la experiencia de su hermano en la ciudad condal pero le añade el Girasol de Moraira, de dos estrellas, en Alicante y el Racó de Can Fabes, tres estrellas, en Sant Celoni. Posteriormente, cruzó los Pirineos para establecerse en la cocina del Philippe Rochat, también de tres estrellas, en Suiza.

Sin perder de vista a su abuela Catalina

Pese a trabajar con los mejores cuchillos de Europa, no olvidan a su abuela Catalina quien les «enseñó» a cocinar. Por ello han creado en el austero piso en el que vivían de niños un laboratorio para experimentar con sus últimas creaciones. Además de su habilidad, también le deben el nombre del restaurante barcelonés que regentan en la planta 24 del Melià Barcelona Sky. «Lo de Dos Cielos viene porque nuestra abuela nos llamaba así, una especie de homenaje», concluyen.

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