¿Deben temer los hoteleros a Ada Colau?

Barcelona En Comú, la gran alternativa al actual alcalde Xavier Trias, plantea una moratoria a nuevas aperturas de establecimientos hasta que se fije un plan estratégico para el turismo. No obstante, su discurso reconoce la importancia del sector para la ciudad y se aleja de extremismos

La reunión tuvo lugar el miércoles pasado. La líder de Barcelona En Comú, Ada Colau, y otros miembros de su candidatura a la alcaldía de la capital catalana mantuvieron un encuentro con el Gremio de Hoteles de la ciudad. La cita tenía miga. La coalición de izquierdas ha hecho bandera de la lucha vecinal contra los estragos del turismo descontrolado y, si logra el vuelco electoral y asume el poder, el lobby hotelero tiene muchos intereses en juego. 

«Al menos no salimos con más inquietudes que con las que entramos», comenta uno de los empresarios asistentes a la reunión en declaraciones a 02B bajo condición de anonimato. El encuentro transcurrió en un clima de cordialidad, sobre todo porque fue una primera toma de contacto. «Son la novedad», dice. Pero sobre todo, una novedad con opciones. El hotelero explica que la líder de BC entiende la importancia del sector para la ciudad por su creación de riqueza y empleo. «Hablamos de forma muy correcta. Su principal preocupación son los vecinos y eso es algo en lo que podemos trabajar juntos», explica.

 
Barcelona en números

Barcelona, una ciudad de 1,6 millones de habitantes, recibe 27 millones de visitantes al año. La mitad de ellos pernocta en la urbe y sólo 7,5 millones en hoteles. Es un sector crucial para la economía de la ciudad. El Ayuntamiento de Barcelona sitúa la facturación total del sector en 13.400 millones de euros, el 12% del PIB, y genera 120.000 puestos de trabajo. En los últimos cuatro años, se han batido todos los récords, pero también se ha generado un creciente malestar ciudadano que estalló el verano pasado con las protestas en la Barceloneta. Muchos barceloneses sienten que la ciudad no se plantea para ellos, sino que simplemente es un escaparate.

¿Qué propone BC para el sector? Por ahora, las medidas se conocen a cuentagotas. Sobre la mesa, lo único que hay es una moratoria para nuevas licencias de alojamiento turístico en la ciudad. «Necesitamos frenar este descontrol«, explica Gala Pin, número siete de la lista de la coalición de izquierdas. ¿Quiere decir eso que la ciudad no puede crecer más? «No lo sabemos. El número de visitantes ha aumentado mucho pero sobre todo de forma caótica. Primero se debe establecer un plan estratégico para el sector», asegura. Primero, ordenar. Luego, ya veremos. 

Moratoria de licencias

Pin denuncia que el actual equipo municipal ha dado un cheque en blanco a los lobbies sin tener en cuenta las necesidades de los vecinos. El ejemplo más paradigmático es el plan de usos del distrito de Ciutat Vella, pactado con el PP, que ha permitido la proliferación de nuevos hoteles y la saturación del centro de la ciudad con visitantes extranjeros. Ejemplos, a porrillo: «El Gótico ha perdido el 40% de sus vecinos en siete años; el comercio tradicional de La Boquería cierra en favor de tiendas más turísticas; se abren hoteles en edificios históricos a cambio sólo de conservar la fachada, etc». 

A falta de concreción de medidas, Barcelona en Comú tiene agenda. La candidatura estudia la manera de redistribuir la riqueza que genera el sector. Se baraja la posibilidad de un nuevo tipo de licencias bed&breakfast para englobar a los propietarios que alquilan habitaciones de sus respectivos hogares –un modelo de alojamiento semipúblico similar al de Berlín–. La medida está en fase de análisis y podría entrar en conflicto con la normativa de la Generalitat.

Trias, a rebufo

También se trabaja en definir un uso social de la tasa turística –algo que hasta el propio Trias ha admitido que tiene entre manos–; o una refundación de Turisme de Barcelona que dé participación a los ciudadanos. «También estudiamos qué hacer con el Park Güell. Es un espacio público que se ha cerrado por los efectos del turismo descontrolado. Queremos sentar a los operadores y los vecinos en una misma mesa y arrancar acuerdos», explica.

Parece que la negociación con los vecinos es la única vía posible. Incluso el alcalde, Xavier Trias, se ha apuntado al diálogo. La semana pasada presentó las conclusiones del pacto local por el turismo responsable. El primer edil intenta ahora tomar las riendas de este caballo desbocado. La pregunta es si los electores confíarán en su audacia de última hora o verán la cabriola como un parche de última hora.

a.
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