Batty Langley’s Hotel: estancia original en el Londres más georgiano

Desde la pasada primavera, sus habitaciones y salones recrean el ambiente de una posada de lujo del siglo XVIII con decenas de antigüedades.

En el barrio de moda de Spitafields en Londres acaba de abrir sus puertas un pequeño hotel absolutamente singular. Lo primero que llama la atención del Batty Langley’s es su nombre, el de un maestro de dibujo (1696-1741) que publicó unos libros muy populares sobre el estilo arquitectónico y decorativo georgiano, que aquí se aplica a rajatabla.

Luego sorprende su ubicación, en la estrecha y empedrada Folgate Street, salpicada de mansiones del siglo XVIII restauradas (como la maravillosa Dennis Severs’ House, convertida en museo) y con las tiendas, bares y restaurantes del animado Old Spitafield Market a la vuelta de la esquina.

Sus propietarios, Douglas Blain y Peter McKay, dueños también de los famosos hoteles Hazlitts en el Soho y The Rookery en Clerkenwell, han decidido además que la puerta de su nuevo establecimiento permanezca siempre cerrada y que no exhiba el consabido cartel de hotel, por aquello de que se asemeje más al estilo de un club privado.

Atmósfera de mansión aristocrática

Este proyecto aparentemente sencillo ha tardado, sin embargo, veinte años en materializarse, desde que Blain y McKay adquirieron este edificio de cinco plantas y se propusieron rehabilitarlo por completo para que pareciera una auténtica posada antigua de lujo.

Las suites, por ejemplo, son todas diferentes, algo recargadas y un tanto excéntricas (los cuartos de baño exhiben maravillosas bañeras victorianas con mamparas de cobre), mientras que las habitaciones han sido decoradas de una forma más tradicional, con paredes revestidas de madera, muebles antiguos y mullidas alfombras.

Suite en el Batty Langley's Hotel

En general, el ambiente que se respira es el de las alcobas de una mansión aristocrática, pero con todos los requerimientos del confort actual: aire acondicionado, wifi, caja fuerte, mini-bar especialmente bien surtido, artículos de tocador de la marca de lujo Ren, televisor Apple oculto tras un espejo…

Salones estilo club ingles

Los huéspedes también pueden aposentarse en sus tres salones de ambiente absolutamente regio: The Tapestry, con tapices del siglo XVII, un bar de autoservicio oculto en una librería antigua, un patio con fuente, chimenea y comodísimos sofás… 

The Parlour, también con ricos muebles antiguos, pinturas al óleo de época y alfombras tejidas a mano; y la biblioteca Sir William Wheler, con 3.500 libros para elegir y presidida por un lucernario victoriano.

Esa sensación de casa privada histórica se intensifica con los cientos de fotografías de época localizadas por toda Inglaterra, los escritorios de caoba centenarios que se encuentran en varias habitaciones (con cajones y compartimentos secretos), los grifos en forma de cabeza de cisne adquiridos en almonedas, las pesadas cortinas de seda, las camas con dosel…

Ese mismo aire nostálgico se extiende al desayuno, que se sirve en la habitación en bandeja de plata, y que sorprende con sus croissants recién horneados, bagels de salmón ahumado y batidos de frutas exóticas, entre otras muchas delicias.

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