Colau pasa la tijera a los pisos turísticos ilegales

El Ayuntamiento de Barcelona cierra 4.100 pisos turísticos ilegales en dos años, de los que más de la mitad dejaron de operar

El Ayuntamiento de Barcelona llenará las plazas de la ciudad con camas. No es que permita dormir una siesta a la fresca, sino que forma parte de una campaña publicitaria para erradicar los pisos turísticos ilegales. En los últimos dos años el consistorio ordenó cerrar 4.148 alojamientos que no estaban inscritos o que habían incumplido alguna normativa, de los que poco más de la mitad (2.355) no volvió a abrir sus puertas.

Las cifras fueron presentadas por la teniente de Urbanismo, Janet Sanz, que buscó dar una imagen de un ayuntamiento que persigue a los alojamientos que incumplen con la ley.

Pocas horas antes, el presidente del Gremio de Hoteles, Joan Clos, había afirmado que el turismo en Barcelona había perdido calidad debido, entre otros factores, a la expansión de pisos turísticos irregulares.

Por otra parte, la explosión de apartamentos vacacionales en los últimos dos años motivó continuas protestas por parte de asociaciones vecinales y plataformas, que señalan a este tipo de alojamiento como responsables de promover la especulación inmobiliaria y de aumentar el precio de las propiedades.

Baja reincidencia

En la cantidad de cifras que el ayuntamiento aportó, destaca que el 90% de los pisos cerrados y reabiertos se pusieron al día con la normativa, y que el 6% ha reincidido, aunque también cabe sumar un 4% que está “bajo sospecha”, indicó Sanz.

Más de la mitad de los 4.150 pisos ilegales cerrados no volvió a abrir sus puertas

De los sancionados, hay once personas y empresas que gestionaban 86 apartamentos ilegales, que recibieron 170 procedimientos disciplinarios.

Presión contra Airbnb

La campaña del Ayuntamiento también se traslada a las presiones ante las plataformas, sobre todo Airbnb, para que borre los pisos sin licencia de sus anuncios. La tecnológica, buscando mantener buenas relaciones con el consistorio, informó que dio de baja a 5.000 anuncios desde febrero del año pasado.

Para detectar el intrusismo en el sector, la web municipal tiene un apartado en el que el huésped puede incluir los datos de la propiedad alquilada para verificar si es legal.

Camas por la ciudad

Junto con las inspecciones y las negociaciones con las plataformas, el ayuntamiento montó una campaña de difusión en Arco de Triunfo, Las Ramblas y Gràcia, además de un despliegue en medios de comunicación.

Esta campaña se realiza en conjunto con Sevilla y Santiago de Compostela, que también advierten a los turistas de los riesgos de alquilar pisos sin legalizar.

El Estado quiere reorganizar los alojamientos

A nivel estatal, la ministra de Industria, Comercio y Turismo Reyes Maroto convocó a la Conferencia Sectorial de Turismo, donde están presentes todas las comunidades autónomas, y que no se reúne desde mayo de 2017. El objetivo es coordinar las dispares regulaciones de alquileres turísticos en el país.

La plataforma de pisos turísticos rechaza que sean responsables de la especulación inmobiliaria en destinos turísticos

Las plataformas Home Away, Rentalia, Spain-holidays y Niumba formaron la Asociación Española de Plataformas Digitales de Alquiler Temporal (PAT), de la que el gigante Airbnb no forma parte.

Esta entidad dijo que quiere dialogar con el Gobierno para buscar una regulación «sostenible y razonable», y rechazó de que estos alojamientos sean responsables de los aumentos de precios de las propiedades en algunas ciudades.

Si se ha ha llegado a este punto fue por una mala gestión del turismo y una falta de «políticas de vivienda y sociales responsables», dijo Joseba Cortázar, director de comunicación de Home Away.

El impacto económico de los pisos turísticos

Esta plataforma presentó un estudio elaborado con la Universidad de Salamanca, en la que revela que el sector de la vivienda turística generó 124.000 millones de euros en los últimos dos años.

De este volumen, el 85% fue aportado por visitantes internacionales, sobre todo del Reino Unido, Francia y Alemania, que gastaron un promedio de 4.417 euros  en su estancia, de lo que el 25% fue para el alquiler y el resto para gastos derivados. En cuanto al turista español, ha dejado 2.375 euros por cada viaje.

Este tipo de alojamiento, precisa el análisis, gana en fidelidad cada año: casi la mitad de sus usuarios sólo busca dormir en apartamentos. Y entre los españoles, su uso aumentó el 32,8% en el último año.

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