Una mafia controla los tours a turistas chinos en Cataluña

Una mafia de guías turísticos ha medrado en Cataluña por la inoperancia del Gobierno autonómico. Una veintena de profesionales se reparten el pastel, y cobran hasta 300 euros por servicio. ¿El problema? El Govern no convoca plazas desde hace años.

El Gobierno catalán ha dejado medrar a una mafia de guías turísticos chinos. Operadores del sector denuncian la «escasez» de profesionales que hablen chino mandarín. Una veintena de profesionales controlan un mercado para 175.000 turistas, cobrando tarifas estratosféricas. ¿El problema? La Generalitat hace dos años que no convoca plazas, mientras que el número de visitantes asiáticos crece a un ritmo del 15 al 20% anual.

La Agencia Catalana de Turismo ha subrayado esta semana la importancia del turismo asiático en un foro especializado. Pero faltan medios. En dos años la Dirección General de Turismo, que dirige Marian Muro, no ha convocado nuevas plazas de guía oficial. Preguntado sobre la cuestión, el ente «no tiene previsión» de acreditar a más profesionales. 

Mafias, traductores y guías ilegales

Mientras, el sector se asfixia. «Cobran hasta 300 euros por un servicio, desplumando al turista», denuncia un operador del sector. La escasez de guías oficiales, una veintena de los 3.000 oficiales que hay en Cataluña, genera mafias, acompañantes ilegales y soluciones imaginativas. 

«Lo habitual es que los grupos contraten a un guía oficial que no habla chino junto a un traductor», explican fuentes de la Asociación Profesional de Guías Turísticos de Barcelona (APIT). ¿Una mala solución? «No. Se ofrece un servicio de similar calidad, y se le descuenta un 20% de la tarifa por las molestias», justifica una portavoz de la entidad.

«La oferta crecerá»Â 

Preguntado sobre la cuestión, Martí Sarrate, presidente de la patronal de agencias de viajes ACAVe, asegura que «la oferta crecerá a medida que crezca la llegada de visitantes chinos«. Según Sarrate, «no constan» quejas de asociados, ya que la recepción de turistas del gigante asiático es aún «pequeña».

En 2015, según estimaciones oficiales de la Generalitat de Cataluña, se llegará a los 200.000 súbditos chinos que visitan la región.

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