Turespaña pierde dos millones al año con el cierre del Palacio de Congresos de Madrid

Los ingresos, fijados en cinco millones de euros por ejercicio, han caído a cero por la inactividad del recinto ferial. El edificio bajó la persiana a finales de 2012 por no cumplir los adecuadas medidas de seguridad

El Palacio de Congresos de Madrid no tiene fecha de apertura. Turespaña, propietario del inmueble, no puede asumir la “cuantiosa inversión” que precisa el recinto ferial. El limbo en que se encuentra metido el emblemático edificio, situado en el Paseo de la Castellana, sale caro para las arcas públicas. Cada ejercicio, los gastos de salarios y mantenimiento ascienden a dos millones de euros. El cese de actividad supone reducir a cero los cinco millones de euros anuales que facturaba.
      

 
A finales de 2012, tras la tragedia del Madrid Arena, donde fallecieron cinco menores, el recinto se vio obligado a bajar la persiana

 
El Gobierno reconoce que el Palacio de Congresos y Exposiciones de Madrid no puede pagar las obras de un edificio que se ha quedado antiguo. El inmueble, construido en 1970, no cumple con las exigencias de los Documentos Básicos del Código Técnico de la Edificación de 2006. A finales de 2012, tras la tragedia del Madrid Arena, donde fallecieron cinco menores, el recinto se vio obligado a bajar la persiana. Los responsables del Ayuntamiento elevaron las inspecciones de seguridad en todos los recintos de la ciudad y no perdonaron los incumplimientos.

El Ejecutivo recuerda, en respuesta a una pregunta parlamentaria de UpyD, que tras la decisión de Turespaña de cerrar el edificio, se solicitó una licencia de obras a la Junta de Distrito de Tetuán para realizar las «actuaciones puntuales» que permitieran «mejorar la funcionalidad y la seguridad» de las instalaciones.

El organismo municipal contestó a dicha petición con un informe en el que se exigía la presentación de un proyecto técnico en relación con la seguridad en caso de incendio, la seguridad de utilización y accesibilidad, el ahorro de energía, la salubridad, la media y baja tensión, la climatización, la fontanería, los ascensores y la protección del medio ambiente.
      

 
El Gobierno asegura que no tiene fondos para pagar la remodelación el recinto

 
«Como consecuencia, es necesaria una cuantiosa inversión para producir esa adaptación de un edificio diseñado con otros requerimientos a las condiciones actuales exigidas por la normativa. Por tanto, no se trata de obras que supongan un coste mínimo, sino de una cuantiosa inversión que, en estos momentos, no es posible abordar», admite el Ejecutivo.

El cierre del recinto también ocasionó un perjuicio para los trabajadores de las cafeterías, una concesión de Husa Hoteles. Joan Gaspart, propietario de la cadena, rompió el contrato unilateralmente y dejó a los trabajadores colgados. La plantilla ha exigido que el Gobierno se responsabilice de ellos.

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