Los socios de La Vida es Bella denuncian que sufren retrasos de seis meses en los pagos

La empresa especializada en comercializar ‘cajas de experiencia’ justifica las demoras por incidencias informáticas

Los hoteles y los restaurantes asociados a La Vida es Bella están quejosos con las condiciones a las que la compañía está sometiendo a sus asociados, que son quienes prestan servicios a los consumidores finales. Algunos establecimientos denuncian que la compañía líder en la comercialización de las llamadas cajas de experiencias en España se está financiando a su costa debido a que les abona las facturas con medio año de retraso.

Buena parte de los asociados son restaurantes y pequeños establecimientos de hostelería de carácter familiar. En la oferta disponible figuran desde pequeños hoteles rurales o casas de restauración de tamaño reducido.

Varios afectados explican que este hecho lastra los beneficios e incluso que arrastra sus negocios hasta provocar dificultades de tesorería por la dificultad de financiar su activo circulante en el mercado bancario. Algunas firmas asociadas aseguran que se plantean incluso el cierre de su establecimiento por este motivo.

En otros casos que ha podido conocer esta publicación, los establecimientos se quejan de que La Vida es Bella habría presionado a sus asociados con la renovación de sus contratos para facilitar el pago. «Condicionan la renovación del contrato anual al pago de la deuda», indica un asociado que prefiere mantenerse en el anonimato por temor a perder su condición ante la distribuidora.

La Vida es Bella mantiene una cuota de mercado del 42% en el segmento de los cofres regalos.

“Problemas informáticos”

La Vida es Bella, sin embargo, niega este comportamiento como tónica general. La compañía indica que paga puntualmente cada mes.

No obstante, sí que reconoce que tuvo incidencias informáticas y retrasos con “algunos” proveedores. Sus portavoces los justifican por la automatización de las tarjetas que vienen incluidas en las cajas de experiencias, y que son las que los consumidores canjean en los establecimientos para disfrutar del servicio comprado.

“A finales de noviembre y diciembre de 2011, incorporamos una plataforma automática para hacer el recuento de las tarjetas a raíz del aumento de nuestro volumen de negocio. El proceso hasta entonces se hacía manualmente. Durante este impás –en referencia a los meses transcurridos hasta mayo– hemos necesitado un tiempo de adaptación al sistema y hemos detectado incidencias en varios pagos que ya hemos solventado”, aclaran desde la empresa.

a.
Ahora en portada