Guerra abierta en la cúpula de Nautalia

El antiguo director general, Rafael Montoro, acusa a los socios mayoritarios de la compañía de cinco delitos. Los dos accionistas, Springwater y Gowaii, se enfrentan por el control

Espadas en alto en el seno de Nautalia. El antiguo director general del grupo turístico, Rafael Montoro, ha presentado una denuncia ante los juzgados de Madrid en la que acusa de varias irregularidades al socio mayoritario de la firma, Springwater Capital, dirigido por Martin Gruschka. 

El ex directivo asegura que el fondo ha cometido cinco delitos: societario, apropiación indebida, falsedad documental, insolvencia punible y coacción. Incluso cifra en 11,5 millones de euros el supuesto desfalco que habría realizado Springwater mediante los movimientos mercantiles en el nacimiento de la compañía turística, informa Expansión

Nautalia nació en 2014, cuando el fondo y la firma Gowaii, de Javier Díaz, adquirieron a Royal Caribbean los negocios turísticos de Pullmantur.

El paquete incluía Nautalia Viajes, varios touroperadores, una aerolínea chárter y un negocio de circuitos turísticos (el actual Wamos). El propietario hasta ese momento se hizo con una participación minoritaria, vendió el resto a la empresa Andros. Esta sociedad está participada en un 80% por Delion, filial de Springwater, y por Gowaii (el 20% restante). 

Montoro asegura que el grupo turístico no tiene recursos y que «dispone de los fondos de las filiales, cuando es conocedor de la situación de quiebra por la que atraviesan, sobre todo Natualia», indica en la denuncia. El argumento del antiguo director general es que la propiedad de la agencia de viajes es de Andros y no de Springwater, por lo que el fondo habría accedido a los recursos de las filiales de forma irregular. 

Gurschka mantiene, a su vez, que tras la denuncia de Montoro sólo hay enfado por haber sido despedido. También niega que el grupo esté al borde del concurso de acreedores y manifiesta el compromiso en firme del fondo de inyectar recursos en el caso de que sean necesarios. 

La actual dirección de Natualia reconoce que el grupo tiene un problema de liquidez, pero que estos se compensan por la inexistencia de deuda bancaria. Añade que negocia la obtención de líneas de circulante para solventar la problemática. 

El otro gran frente de batalla es el pulso entre Springwater y Javier Díaz. El fondo asegura que su socio colabora con el ex director de Nautalia para incrementar la presión en el seno de la compañía. Ambos grupos pelean por quedarse con la participación del otro accionista. 

Por el momento, ambas empresas se resisten a vender y mantienen las espadas en alto.

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