El Metropolitan se enfrenta a una demanda por estafa por cobrar entrada

El precio de 25 dólares estipulado en el acceso al museo tiene sólo carácter “orientativo”

El prestigioso museo Metropolitan de Nueva York ha sido demandado por estafa. El acceso al edificio tiene un precio oficial de entrada de 25 dólares, aunque, en realidad, en el ticket se especifica que este sólo es el precio “recomendado”.

El precio que aparece marcado como oficial en la entrad de Metropolitan es simplemente orientativo y, legalmente, según informa USA Today, todo visitante debe dar un donativo para entrar, aunque no existe una cantidad establecida.

La confusión sobre cuánto hay que pagar para visitar uno de los museos más importantes del mundo, con obras de Picasso, Renoir y Rembrandt, ha llevado a alguno de sus visitantes a interponer una demanda colectiva acusándolo de estafar al público, haciendo creer que el precio que aparece en la entrada es obligatorio.

Ayudas del Ayuntamiento

La demanda establece que el museo promueve la estafa y viola una ley estatal de Nueva York de 1983, según la cual el público debe poder entrar de manera gratuita a la institución al menos cinco días y dos noches a la semana. Como compensación, el Metropolitan recibe donativos anuales de la ciudad y no tiene que pagar alquiler de su edificio, así como los terrenos que posee en la exclusiva Quinta Avenida, en Central Park.

El portavoz del Museo, Harold Holzer, negó cualquier engaño y dijo que llevan a cabo una política que exige que los visitantes paguen una cantidad no determinada, algo se estableció hace más de cuatro décadas. «Alrededor del 40% de los visitantes pagan el precio completo porque ellos así lo desean», aseguró el portavoz a la BBC.

Compensación

La demanda busca una compensación a miembros y visitantes del museo que pagaron con tarjeta en los últimos años. Incide en que la página web del Metropolitan no menciona que el precio de la entrada es una recomendación.

“El museo fue diseñado para estar abierto a todo el mundo, independientemente de sus circunstancias económicas, pero se ha convertido en una atracción turística sólo para la élite”, aseguró el abogado Arnold Weiss, que representa a tres usuarios del museo, uno de Nueva York y dos turistas checos.

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