Domótica para el viajero: cómo fingir que sigues en casa cuando estás de vacaciones

Las luces que se encienden y se apagan desde el móvil hacen ver que el dueño de casa sigue allí aunque se encuentre fuera 

Los viajeros que se quieren ir de casa pero sin dar pistas a los vecinos o a los posibles ladrones de su ausencia cuentan con productos cada vez más sofisticados para disimular que se encuentran fuera de la vivienda.

Las luces Philips Hue forman un un sistema de iluminación que permite controlar el encendido y apagado de las luces desde el teléfono inteligente o desde el Apple Watch. También pueden controlar la intensidad y el color de las luces a gusto del propietario.

Pero la marca de Philips no es la única en el mercado. El sistema de Beewi también ofrece funcionalidades parecidas a las de Hue, a un precio más económico, al igual que Elgato Avea, productos con precios desde 40 euros.

Con estos dispositivos el usuario puede encender y apagar las luces de la casa desde cualquier parte del mundo. Basta con una conexión a internet para que el receptor de datos de las luces funcione a distancia.

Persianas y toldos automáticos

Hay aplicaciones para mantener la casa activada según la conveniencia del dueño. Unas de ellas, las aplicaciones de Loxone, permiten subir y bajar persianas a gusto del usuario. Esto hace posible disimular la ausencia pero también pueden regular la temperatura de la casa.

Además de las persianas, también es posible, comandar cortinas y toldos que son controlados dentro de un mismo dispositivo.

Junto a estos elementos comandados a distancia, un producto popular y cada vez más vendido, las cerraduras inteligentes, facilitan el acceso a la vivienda de cualquiera que tenga que entrar mientras los dueños están fuera.

Un ejemplo es el de Tesa Entr, que se instala junto a la cerradura convencional, y permite abrir y cerrar la puerta a través de una aplicación móvil. El sistema reconoce automáticamente al dueño o a las personas autorizadas. La instalación es muy sencilla y dura pocos minutos.

Pin, huella dactilar o teléfono

Tesa Entr, que cuesta unos 350 euros, permite abrir la puerta con pin, huella dactilar, un teléfono móvil o con un mando a distancia que también viene incorporado. Por fuera, nadie notará que se trata de un sistema motorizado. El invento elimina los inconvenientes que supone haber olvidado las llaves dentro de casa o haberlas dejado dentro de la cerradura.

Cada vez que el usuario cierra la puerta, automáticamente pasa una doble llave.

Pero Tesa no es el único producto en el mercado. El veterano August también ofrece llaves virtuales, es decir, sistema de entrada a través de una aplicación móvil por 199 dólares. Es un sistema parecido a Kevo con el que los dueños de la casa pueden enviar llaves virtuales a sus invitados. También se puede autorizar, a distancia, la entrada de cualquier persona al domicilio.

A diferencia de Tesa, estos dos sistemas aún no están adaptados a los anchos de puertas europeos. Es el inicio de un mercado que todavía no ha madurado ni explotado. 

a.
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