Colau quiere intervenir en las condiciones laborales del sector turístico

Barcelona en Comú centra ahora el debate sobre el sector alrededor de los salarios y las jornadas de los trabajadores de la hostelería. Ha encargado un estudio al Consell Econòmic i Social y los empresarios ya temen nuevas medidas "restrictivas".

Hasta ahora, el debate estaba centrado en las repercusiones que la actividad turística tenía en la ciudad. El impacto de los visitantes sobre los vecinos de ciertos barrios de Barcelona se pone encima de la mesa una y otra vez por parte de las asociaciones. Tras la presentación de un Plan Urbanístico que llega para solucionar estas externalidades, es el turno de las condiciones laborales, tan criticadas por patronales y sindicatos.

En las últimas semanas, las conversaciones giran entorno a salarios, jornadas, conciliación y flexibilidad del sector. Y todo con un matiz de negatividad, lamenta un empresario. «Se realiza siempre un análisis crítico sobre lo que es el turismo y, laboralmente, parece que sólo traiga precariedad», añade.

Colau encarga ayuda externa

«Hemos encargado un estudio al Consell Econòmic i Social para que nos defina que es la precariedad y nos dé datos sobre quien se encuentra en el umbral», responde Agustí Colom, concejal de Turismo, a 02B. Contesta a las quejas de los ejecutivos, que lamentan la dificultad para obtener datos concretos –como la masificación turística- del consistorio. Un organismo independiente integrado por sindicatos, Foment del Treball y partidos políticos dictará sentencia.

Según los cálculos que circulan por el Ayuntamiento, el dossier estará listo antes del verano y se confiará en sus resultados aunque que no se alineen con la cuerda ideológica de Barcelona en Comú. 

El eterno debate

«Con 87.000 parados sólo falta que pongan trabas a la contratación», denuncian desde la empresa privada. La solución, incentivar. «Se deberían bonificar o crear un sello ‘antiprecariedad’ para aquellos establecimientos que ofrezcan condiciones por encima del mercado», recetan. El temor es que las condiciones reduzcan todavía más la posibilidad de nuevas contrataciones.

Mientras, los sindicatos ya han puesto el grito en el cielo con el último fenómeno que asola el sector: Las externalizaciones. Cada vez son más las compañías, sobre todo cadenas hoteleras, que abogan por subcontratar departamentos enteros. El más extendido, el de las camareras de piso, que se han organizado a través de las redes sociales para denunciar la situación laboral que sufren. En un futuro inmediato, no estarán solas: «Los próximos son los de la división de comida y bebida», pronostican.

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