Abre el dispensador de folletos llamado Fitur

Ifema asegura que la feria ha crecido un 4% en superficie; aunque los expositores más críticos y los especialistas señalan que el certamen madrileño necesita reorientarse hacia un "turismo digital y global".

La trigésimo quinta edición de Fitur ha arrancado con las mismas dolencias del año anterior. La feria turística está desalineada con las nuevas tendencias del sector y en este contexto se complica la posibilidad de rentabilizar la inversión. Los expositores que acuden sólo esperan arañar intangibles en base a una apuesta publicitaria orientada a impactar a los visitantes, que podrán pasear por las cada vez más amplias calles de los pabellones a partir del sábado.

Los folletos y los regalos de marketing volverán a tomar el protagonismo, igual que los concursos. También los vestidos y danzas regionales amén de otras demostraciones folclóricas y degustaciones. Los paseantes se llevarán muchísima publicidad, pero dejarán pocos contratos. «La diferencia con las ferias de Estados Unidos es que allí se hace negocio mientras que Fitur es más lúdica», explica la vicepresidenta de Velesa Cultural Services, Marcy Forman.

Inversiones congeladas

«No añadiremos ningún nuevo hotel a nuestra red, tampoco captaremos proveedores ni clientes, pero nuestros asociados no entenderían que no estuviéramos presentes junto a las otras grandes firmas», explica, bajo condición de confidencialidad, el presidente de una hotelera con 180 establecimientos. «El cliente que tira del turismo español no está en Fitur», sentencia rotundo. Esta compañía ha reducido el presupuesto del año pasado.

NH Hotel Group, Meliá y otros grandes emblemas han prescindido de metros. Iberia, Renfe y Paradores mantienen las posiciones con estructuras prácticamente calcadas a las que se usaron en la edición anterior. El despliegue de recursos sólo se percibe en los espacios destinados a los países latinoamericanos y a las comunidades españolas, ambos grupos han echado la casa por la ventana. La profusión autonómica se produce en la antesala de las próximas elecciones.

Una mesa del estand

Oficialmente, Ifema asegura que el certamen ha crecido un 4% en metros cuadrados aunque, fiel a su hermetismo habitual, esconde la evolución del precio de venta. Espera, como cada año, unas cifras «récord» que se plasman en 160 destinos participantes y unas 9.000 empresas. La inmensa mayoría ocupa una sola mesa en los estand de sus países de origen. Incluso grandes firmas como Emirates, con uno de los mayores presupuestos del mundo en marketing, se apunta al paraguas de la caseta de su gobierno. La aerolínea mide y audita el retorno de hasta el último céntimo que invierte.

Por las avenidas entre puestos de Fitur, corrían en la tarde del jueves dos cifras. Las oficiales del Gobierno. El turismo español cerrará 2014 con más de 65 millones de clientes internacionales. A éstos cabría añadir otros 20 millones de desplazamientos, realizados por los españoles contando vacaciones, puentes y fines de semana. La capacidad de gasto del viajante foráneo asciende a una media de 1.100 euros, mientras que los usuarios locales contienen el presupuesto.

Fitur, orientado al público madrileño, no responde a esta realidad global, según los participantes. Y tampoco evoluciona. Los especialistas han detectado que «el nuevo cliente turístico pertenece a una generación de consumidores, nativos digitales, que van un paso más allá convirtiéndose en productores de contenidos y de tendencias», explica el responsable del área de consultoría de Vector ITC, Luis García.

Nueva ‘religión’ turística

El público que sostiene ahora la industria exige a las empresas anticipación, vínculos emocionales y una apuesta tecnológica y de innovación que les fidelice, según el consenso de los especialistas. Tendencias que superan a los folletos de la feria madrileña. La competencia directa de Fitur, el Salón Internacional de Turismo de Cataluña ya se ha reorientado para potenciar esas nuevas necesidades de las empresas.

Londres y Berlín, los certámenes más rentables para los expositores turísticos, asumieron la nueva religión digital y global hace cuatro ediciones.

a.
Ahora en portada